En los inicios de la
llamada cuarta revolución industrial, hablar de innovación social
requiere tener la vista puesta en la economía digital. La generación de
confianza es el hilo conductor de muchas iniciativas y sigue siendo la
piedra angular de esta nueva economía digital. Observar las nuevas
formas que adopta en estos momentos de cambio es esencial para entender
el futuro de nuestra sociedad. Un estudio de Liliana Arroyo, David
Murillo y Esther Val para el Instituto de Innovación Social de ESADE con
el apoyo de la Fundación EY.
Todos los sectores relevantes de la economía ya se ven
afectados por la disrupción digital. Cuando hablamos de
demanda, la inmediatez, la flexibilidad y la personalización
de la relación son los requisitos de los consumidores en el
nuevo espacio digital y se están convirtiendo en un mandato
para las empresas y para las plataformas. En este nuevo
entorno, las start-ups emergentes serán la respuesta al desafío
tecnológico y al requisito de la agilidad. Si nos referimos al
mundo financiero y asegurador, estas nuevas empresas son
las FinTech y las InsurTech.
Si la confianza es básica para el funcionamiento social y para
el crecimiento económico, ¿qué ocurre con la confianza cuando
pasamos de un modelo presencial de proximidad a un modelo
digital y global? Las premisas cambian y los mecanismos
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