Las personas reales rara vez son tan coherentes,
estratégicas, egoístas o tienen visión de futuro como se supone normalmente en
las políticas económicas estándar. A veces no persiguen sus propios intereses,
y pueden ser inesperadamente generosas. Estas dinámicas deberían tenerse en
cuenta más atentamente en las políticas de desarrollo, y este es un aspecto al
que se hace referencia en el Informe sobre el desarrollo mundial 2015: Mente,
sociedad y conducta.
El informe dado a conocer recientemente sostiene que las
políticas de desarrollo basadas en nuevas lecciones sobre la manera en que las
personas realmente piensan y toman decisiones ayudarán a los Gobiernos y a la
sociedad civil a abordar más fácilmente desafíos, tales como aumentar la
productividad, romper el ciclo intergeneracional de la pobreza y hacer frente
al cambio climático.
A partir de una gran cantidad de investigaciones que
sugieren vías para diagnosticar y dar cabida a los factores psicológicos y
sociales que influyen sobre el desarrollo, el informe identifica nuevos
enfoques en materia de políticas que complementan una serie de herramientas
económicas estándar.
Un ejemplo es el de un experimento llevado a cabo en
Colombia en relación con la versión modificada de un programa de transferencias
de efectivo, en que parte de los fondos destinados a los beneficiarios se
reservaban automáticamente y luego se entregaban como suma global en el momento
en que se adoptaban las decisiones sobre matrícula escolar para el año
siguiente. Este ajuste determinó el aumento de las inscripciones para el año
siguiente.
"Los encargados de ventas y los políticos conocen desde
hace tiempo el papel de la psicología y de las preferencias sociales como
motores de las elecciones individuales", afirmó Kaushik Basu,
vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial. "De este informe se
desprenden nuevas y crecientes pruebas científicas sobre esta comprension más
amplia del comportamiento humano, a fin de que pueda usarse para promover el
desarrollo. Las políticas económicas estándar solo resultan eficaces una vez
que se conocen las propensiones cognitivas y normas sociales adecuadas, por lo
cual este informe puede contribuir en gran medida a potenciar el proceso de
adopción de decisiones en materia económica, incluso en las esferas de la
política fiscal y la política monetaria. Mi única preocupación es que lo leerán
más detenidamente los encargados de mercado del sector privado y los políticos
postulandose a cargos públicos que las personas encargadas de diseñar
intervenciones en materia de desarrollo".
Como inspiración de una mirada renovadora sobre la manera en
que se lleva a cabo la labor del desarrollo, en el informe se enuncian tres
principios del proceso de toma de decisiones humanas: pensamiento automático,
pensamiento social y pensamiento basado en modelos mentales. El pensamiento
humano es, en gran medida, automático, y depende de lo que llega a la mente con
el menor esfuerzo posible. Las personas son profundamente sociales, y en ellas
influyen las redes y normas sociales. Finalmente, la mayoría de las personas no
inventan nuevos conceptos, sino que interpretan sus experiencias a partir de
modelos mentales extraídos de sus propias sociedades e historias colectivas.
Dado que los factores que afectan a las decisiones son
locales y contextuales, es difícil prever qué aspectos del diseño y la
ejecución de los programas impulsarán las decisiones por las que optarán las
personas. Por eso, las ideas señaladas en el informe deben tenerse presentes en
las intervenciones, cuyo diseño debe realizarse a través de un enfoque de
aprendizaje práctico.
En el informe se aplican los tres mencionados principios a
diversas esferas, tales como desarrollo en la primera infancia, productividad,
finanzas familiares, salud y cuidado de la salud y cambio climático.
La política referente a los pobres puede diseñarse en forma
que reduzca algunos de los efectos perniciosos de la pobreza en la capacidad de
elegir y de elaborar planes para el futuro. Los responsables de formular
políticas deberían tratar de que las decisiones cruciales no se tomen en
periodos de escasez de recursos mentales, lo que puede implicar, para los
agricultores pobres, adoptar sus decisiones sobre matrícula escolar en periodos
de mayores ingresos. También pueden existir vías de simplificar decisiones
habitualmente complejas, como las de postularse para un programa de educación
superior. Estas ideas son válidas para toda iniciativa en que sea difícil
adoptar decisiones acertadas.
Según el informe, la pobreza en la niñez, que suele verse
acompañada por fuertes tensiones y desatención de los padres, puede ir en
detrimento del desarrollo cognitivo, por lo cual revisten decisiva importancia
los programas públicos que proporcionan estímulos en la primera infancia. En un
estudio de 20 años de duración llevado a cabo en Jamaica se concluyó que un
programa destinado a modificar la manera en que las madres se interrelacionaban
con sus bebés hizo que los ingresos obtenidos por esos niños al llegar a la
edad adulta superaran en un 25 % los de aquellos que no habían participado en
el programa.
En el informe se presentan todas las principales regiones en
desarrollo, incluyendo los siguientes ejemplos:
En Malawi, un pequeño incentivo destinado a alentar a los
agricultores a colaborar con sus pares aumentó la adopción de tecnologías
agrícolas que mejoran la productividad (Ben Yishay y Mobarak, 2014). En esta
intervención se utilizaron redes sociales para ampliar los efectos de programas
de información.
En Filipinas, donde fomentar el ahorro era un desafío, una
solución eficaz fue crear mecanismos, en virtud de los cuales los consumidores
renuncian voluntariamente a acceder a sus fondos hasta llegar a una meta
especificada de ahorro. Casi el 30 % de las personas a las que se ofrecieron
cuentas de ahorro sin la opción de efectuar retiros por un periodo de seis
meses aceptaron dicho instrumento (Ashraf, Karlan y Yin, 2006). Al cabo de un
año, los ahorros de quienes habían abierto y utilizado estas cuentas se habían
incrementado un 82 % más que los de un grupo de control.
En Asia, un nuevo enfoque con buenas perspectivas, centrado
en crear nuevas normas, es el denominado Saneamiento Total Liderado por la
Comunidad (CLTS, por sus siglas en inglés). Uno de los elementos centrales del
CLTS es que sus dirigentes trabajan junto con miembros de la comunidad para
confeccionar mapas de las viviendas y los sitios donde los pobladores defecan
al aire libre. El facilitador utiliza un repertorio de ejercicios para ayudar a
las personas a reconocer las implicancias de lo que han visto en la propagación
de infecciones y para elaborar nuevas normas de protección contra los efectos
perjudiciales de la defecación al aire libre. Un conjunto de estos programas en
poblados de India logró reducir esta práctica en un 11 %, donde los valores
iniciales eran muy altos (Patil y otros, 2014).
Según el informe, dado que las decisiones de los
profesionales del desarrollo a menudo pueden tener grandes efectos en las vidas
de otras personas, es fundamental que los actores y las organizaciones de
desarrollo establezcan procedimientos para controlar y mitigar sus propios
sesgos y puntos débiles.
Finalmente, el cambio de conducta es importante para todos
los actores en el proceso de desarrollo.
El texto completo del informe está disponible en:
www.worldbank.org/wdr2015. (i)
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