1. Los esfuerzos dedicados al logro de la Educación para Todos (EPT) desde el año 2000 han permitido avances sin precedentes. Sin embargo, las agendas de la educación de la EPT y los ODM estarán inconclusas para 2015 y se reconoce la pertinencia e importancia que sigue revistiendo la agenda de la EPT. Existe la imperiosa necesidad de una agenda de la educación nueva y prospectiva que permita terminar el trabajo inacabado y trascender la profundidad y el alcance de los objetivos actuales.
2. En este documento de posición se toman en consideración las tendencias incipientes y el desarrollo y los retos socioeconómicos más amplios que afectan por igual a los países desarrollados y en desarrollo en un mundo globalizado e interconectado, y sus consecuencias para la educación. Entre estas tendencias y retos figuran el rápido crecimiento económico de algunos países y la transformación de los mercados laborales, las variaciones en la situación geopolítica, los avances tecnológicos, los cambios demográficos y la creciente urbanización, y el mayor del consumo de energía que conlleva un incremento de la presión sobre los recursos naturales, todo ello en un contexto de aumento del desempleo, en particular entre los jóvenes, y de creciente desigualdad.
3. Además, los cambios en cuanto al tipo y el nivel de conocimientos, habilidades y competencias que son necesarios en las economías actuales, que se basan en los conocimientos, y la escasez de oportunidades para acceder a niveles superiores de aprendizaje, incluidos los que permiten adquirir conocimientos y capacidades en materia de tecnologías de la información y la comunicación (conocimientos básicos de informática), especialmente en los países en desarrollo o de bajos ingresos, están generando una brecha en materia de conocimientos que tiene consecuencias económicas y laborales importantes en el mundo actual, cuyo principal elemento impulsor es la tecnología.
4. Las futuras prioridades del desarrollo de la educación deben reflejar estos cambios importantes que han ocurrido y seguirán ocurriendo. Es necesario estudiar de qué modo deben adaptarse los sistemas educativos para responder satisfactoriamente a los desafíos contemporáneos y contribuir al desarrollo sostenible y la paz. Esto requiere repensar el tipo de conocimientos, habilidades y competencias que se requieren para el futuro, así como el tipo de procesos educativos y de aprendizaje que podrían facilitarlos y, en última instancia, qué políticas y reformas de la educación para ese cambio se requieren.
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